domingo, 9 de mayo de 2010

FIREWALKING: CAMINAR SOBRE BRASAS ARDIENTES (Por Cristian Abrate)

Todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida la experiencia de completa seguridad, la sensación de no poder equivocarte, un momento en el que todo parece ir viento en popa a toda vela! Seguramente también hemos experimentado la experiencia opuesta, días en los que todo sale mal, en los que hasta las cosas que normalmente hacemos con facilidad se nos resisten, en los que cada decisión tomada es equivocada, en los que cualquier intento termina en nada.

¿Dónde está la diferencia? Somos la misma persona ¿No? Por lo tanto, deberíamos poder disponer siempre de los mismos recursos. Entonces, ¿cómo se explica que en ocasiones podamos producir resultados desastrosos y otras veces, espectaculares?

La diferencia radica en el estado psicológico en el que nos encontramos.

Hay estados de ánimo (amor, confianza en uno mismo, fuerza interior, alegría, éxtasis, fe, etc.) que nos motivan y nos empujan a la acción y hay estados de ánimo paralizantes (confusión, depresión, miedo, ansiedad, tristeza, frustración, etc.) que nos hacen impotentes.

Nuestro comportamiento es el resultado del estado en el que nos encontramos.

Siempre tratamos de hacer lo mejor posible con los recursos que tenemos a nuestra disposición, pero a veces nos encontramos en estados en los que carecemos de recursos. ¿Y si pudiéramos, con un simple chasqueo de los dedos, situarnos en un estado de ánimo más dinámico y rico en recursos, en el que nos sintiésemos seguros de nuestro éxito, en el que el cuerpo funcionara a pleno rendimiento y la mente estuviera bien despierta?

Pues, es posible!

La clave para hacerlo y para producir los resultados que queremos es aprender a dirigir y administrar nuestros estados de ánimo. Hay dos componentes principales en un estado de ánimo. El primero lo forma mi propia representación interna, es decir, las cosas que imagino, que siento, que me digo (diálogo interno), como interpreto los hechos que me ocurren. El segundo lo componen las condiciones y el uso de mi fisiología, es decir, mi tensión muscular, lo que como, la forma en que respiro, el nivel general de mis funciones bioquímicas. Representación interna y fisiología trabajan juntas en una acción cibernética. Cualquier cosa que afecta a una, afectará a la otra.

Por lo tanto, los cambios en los estados de ánimo implican cambios en las representaciones internas y en la fisiología ya que interactúan continuamente entre sí, creando el estado de ánimo en el que estamos, y esto a su vez determina el tipo de comportamiento.

El firewalking te enseña cómo cambiar tu estado de ánimo y tu comportamiento con el fin de acometer acciones que te lleven a nuevos resultados a pesar del miedo y otros factores limitantes. Las personas que caminan sobre el fuego han aprendido a cambiar su fisiología, han aprendido a cambiar sus representaciones internas acerca de lo que pueden o no pueden hacer, razón por la cual el hecho de caminar sobre brasas ardientes a 800 ° C se ha transformado de algo aterrador en una acción que saben que pueden realizar. Ahora pueden situarse en un estado productivo, son capaces de obtener resultados que en el pasado consideraban imposibles.

El Firewalking te ayuda así a crearte una nueva representación interna de tus capacidades. Si lo que parecía imposible sólo era una limitación de la mente, ¿cuántos otros "imposibles" en realidad son igual de posibles? La marcha sobre las brasas ardientes te ofrece la posibilidad de crearte un nuevo modelo de creencias y posibilidades, de crearte una nueva sensación interna de que tu vida puede ser mejor y te permite hacer más de lo que creías posible; te muestra de forma inequívoca que el comportamiento es el resultado del estado de ánimo en el que te encuentres, y que en un instante, haciendo algunos cambios sobre la forma en que te representas la experiencia, puedes llegar a una total confianza en ti mismo para emprender una acción eficaz.

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