domingo, 27 de junio de 2010

TRATAR A LA GENTE CON RESPETO PERMITE GANAR ACEPTACION Y MEJORAR EL NEGOCIO (Por Eva Carmona)

“Fan Li fue un asesor chino antiguo en el estado de Yue en el Período de Primavera y Otoño. Se convirtió en un éxito empresario en sus últimos años y fue famoso por ser una persona muy rica.
Escribió un libro conocido como "reglas de oro del éxito del negocio". Este libro sigue siendo popular hoy en día. Incluye Doce Principios Empresariales y Doce Errores que describe el arte de los negocios exitosos.”
Aunque esta regla parece de sentido común, lo cierto es que este es el menos común de los sentidos y lo obvio en muchas ocasiones se hace invisible a nuestros ojos.
No conozco un proyecto, un negocio o una empresa que haya prosperado teniendo en la dirección a auténticos déspotas. Sí es cierto que consiguen de forma inmediata lo que quieren, pero la continuidad es insostenible. Excepto, claro, si hablamos de una situación de explotación y esclavitud donde no se respetan los derechos fundamentales del ser humano.
Creo, sinceramente, que los directivos más irrespetuosos, son aquellos que cumplen una de las siguientes premisas:
- Falta de experiencia profesional. En este caso compensa su falta de seguridad con un estilo de dirección más despótico.
- Falta de conocimiento de sus funciones. No sabe exactamente lo que se le pide y por si acaso, uno intenta tocar todos los palos para que suene la flauta, aunque sea de casualidad.
- Falta de madurez. La experiencia vital, nos imprime una templanza que nos permite ver con más claridad y analizar con mayor profundidad algunas situaciones del día a día. Los años nos otorga una sabiduría que no se aprende ni en las carreras universitarias ni en los cursos postgrado. Esta falta de madurez engendra sin duda alguna unas altas dosis de inseguridad que volvemos a compensar con ese mismo estilo despótico.
- Falta de principios morales y éticos. Se dan en aquellas personas cuyo principal objetivo es escalar puesto en busca de un ascenso rápido y fácil. Caiga quien caiga. Sin mirar atrás. Sin padecer por hacer leña del árbol caído.
No veo muchas más causas que expliquen la actitud tiránica de algunos directivos.
Por otro lado, no deja de ser una actitud muy torpe si queremos hacer un análisis más egoísta. Las empresas no se crean con una visión cortoplacista, sino con la idea de que sobreviva a nuestra propia vida laboral.
Para esto necesitas crear alianzas con tu equipo de trabajo. Hacerles partícipes de tu proyecto y que ellos también se lo crean. Para esto es necesario que ellos formen parte de ese proyecto, de su creación, de su puesta en marcha, de su funcionamiento… Para esto, es necesario reconocer que tu propuesta no siempre es la mejor y aceptar las críticas de aquello que no has hecho bien del todo.
Reconocer que no lo sabes todo y que de lo que sabes es posible que otros sepan más que tu.
Conozco alguna empresa donde el estilo de dirección es despótico, autoritario e irrespetuoso. A corto plazo el ambiente laboral es de incomodidad, pero la gente en mayor o menor medida colabora en el proyecto. A medio plazo el ambiente es cada vez más tenso y la colaboración voluntaria se va reduciendo a aquellos círculos más afines a la dirección. A largo plazo el ambiente laboral es de crispación constante, la dirección pretende imponer sus normas con golpes de autoridad que sobrepasan la ilegalidad y termina por no conseguir nada, ni a corto plazo, ni a medio, ni a largo, ni nunca.
Cuando analicemos el clima laboral de nuestra empresa, seamos conscientes de nuestro estilo de dirección, probablemente nos expliquemos muchas cosas.

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